EL EXPERIMENTO DEL GERENTE DE PRODUCCIÓN, DERECHOS EN RIESGO.
El aumento de la producción en abril no solo trajo más cartón, también decisiones unilaterales que ponen en riesgo derechos pactados. Por eso, ante las incoherencias y el malestar, nos hacemos estas preguntas:
¿Hasta dónde estamos dispuestos a ceder nuestros derechos para responder al incremento de la producción?
Será que el gerente de producción olvidó que abril históricamente ha sido un mes de alta producción, incluso mucho antes de sus decisiones actuales?
¿Acaso no confía en el compromiso de una planta que ha demostrado, una y otra vez, que puede sacar volúmenes altos sin que se le imponga autoritariamente ni la renuncia a sus derechos?
¿Desde cuándo el cumplimiento de la Ley 2101 del 2021 (reducción jornada laboral) depende del volumen del mes o del estado de ánimo del gerente?
¿En qué parte del Código Laboral dice que el aumento de la producción justifica saltarse acuerdos formales, construidos entre partes, llevados incluso al Ministerio de Trabajo?
¿Por qué se convocó a una reunión para informar, y no para concertar, una medida que afecta la salud, la vida familiar y el bolsillo de los trabajadores?
¿No fue el mismo gerente quien aseguró que, ante una eventualidad de alta demanda, el tiempo adicional sería reconocido como jornada extra completa?
¿Qué sentido tiene ahora anunciar que solo se pagarán dos horas extras, desconociendo lo pactado y pretendiendo disfrazarlo como “normalidad”?
¿Qué tipo de manejo organizacional es contratar personal para una jornada nocturna no pactada, mientras al resto se le amenaza si no se presenta sin previo aviso? ¿Desde cuándo una amenaza de sanción reemplaza el diálogo y el respeto mutuo? ¿O será que ya ni se intenta disimular el autoritarismo?
¿En serio se cree que el personal no quiso asistir el domingo por falta de compromiso, y no porque se sintió burlado, desinformado y presionado?
¿Será que el gerente considera la lealtad de su equipo como algo que puede exigirse a punta de improvisación, contradicciones y castigos?
¿Cómo pretende motivar al personal si su mejor argumento es decir que se llevará el trabajo para otra empresa?
¿No es contradictorio afirmar que Packing y SW Colombia son entidades distintas mientras se usan como piezas intercambiables para presionar?
¿Será que estas decisiones improvisadas, comunicadas a medias, y abiertamente unilaterales, reflejan liderazgo… o solo desesperación?
¿Y el personal de apoyo, los mandos intermedios, los jefes de turno… en qué momento decidieron guardar silencio?
¿Será que también olvidaron que su responsabilidad no es solo cumplir órdenes, sino defender procesos justos?
¿Qué tan comprometidos estamos como planta en la defensa de lo pactado, si permitimos que hoy se desconozca con la misma ligereza con que se improvisan reuniones?
¿Cuántas veces más deberá el personal demostrar compromiso para que se le respete lo mínimo: su tiempo y su dignidad?
¿Y hasta cuándo vamos a aceptar que se nos “ponga a prueba” en lugar de confiar en lo que hemos demostrado durante años?
¿O será que esta salida en falso, esta medida premeditada, no es un error… sino una muestra clara de quién es realmente el gerente de producción y del tipo de relación que quiere establecer con los trabajadores?
No traguemos entero. Los derechos conquistados con lucha y acuerdos no se entregan por capricho ni se negocian por presión. Como trabajadores de planta, tenemos la fuerza colectiva, el compromiso probado y la capacidad de producción. Pero también tenemos memoria, dignidad y límites. Atentamente,
SINTRACARCOL – SECCIONAL BOGOTÁ
Bogotá D.C., abril 22 de 2025

